Aquí estamos en Zattere, donde largas balsas – o zattere – llevaban grandes cargas de sal para almacenar en los Magazzini del Sale, los enormes almacenes que se encuentran un poco más lejos caminando por el paseo marítimo y que son testimonio del éxito de la estrategia veneciana de depender de sus propios recursos naturales. Dentro de unos minutos encontrarás la iglesia de los Gesuati, una construcción bastante moderna con respecto a la mayoría de los edificios de Venecia porque construida en el siglo XVIII y cuya fachada principal da al Canal de la Giudecca. La Giudecca es la franja de tierra en el otro lado del canal y allá en la misma posición que la iglesia de los Gesuati está situada la iglesia del Redentore, casi como un desafío. En el día del Redentor, una festividad religiosa que se celebra en julio para conmemorar el final de la peste durante el siglo XVI, un puente comunica Zattere con la Giudecca. Durante la celebración, las embarcaciones de transporte público paran y todo el canal se llena de barcos, canoas y yates donde la gente puede comer, beber y bailar con buena música mientras espera el espectáculo de fuegos artificiales a la medianoche. Una verdadera experiencia veneciana, única e imperdible.