La iglesia de Santa Agnese es un típico edificio bizantino. Su fachada gótica da a la calle por la que estamos caminando, que se llama Rio Terà Antonio Foscarini. En veneciano “rio terà” no es lo mismo que una “calle” porque se refiere a un canal enterrado; de hecho, hasta el siglo XIX necesitarías de un barco para cruzarlo. Sólo después de la conquista de la ciudad por parte de Napoleón, como muchos otros canales, este Rio ha sido convertido en un área peatonal. Fue dedicado a Antonio Foscarini, diplomático veneciano que tuvo una aventura con la mujer de un conde inglés que vivía en Venecia. Muchas personas importantes a nivel internacional solían visitar la casa de la condesa, entre ellos el secretario del embajador de España, con el que se creyó que Foscarini hubiera hablado, divulgando informaciones secretas que se habían tratado dentro del Senado. A pesar de su inocencia, en 1622 Foscarini fue encarcelado y condenado a muerte. Nunca reveló la verdadera razón detrás de sus aventuras nocturnas, por miedo de crear aún más problemas diplomáticos con la delegación inglesa.