Teniendo en cuenta estas directrices generales, es posible hacer algunas consideraciones sobre el éxito del proyecto, es decir, si ha resuelto los problemas de detención en Palazzo Ducale y, en primer lugar, el de espacio. En definitiva, se puede decir que esto no sucedió, dado que incluso en las Cárceles Nuevas las celdas terminaron hacinadas. Otros problemas acabaron dificultando mucho la detención, como la mala higiene: las celdas se limpiaban durante el año (no durante el mes ni durante la semana) con vinagre y cal viva, además del uso habitual de un cubo de madera como retrete, lo que creaba un hedor insoportable en el pequeño espacio compartido por los prisioneros. Finalmente, se suma como un factor más la humedad congénita del ambiente lagunar, para hacer de la prisión el ambiente ideal para la propagación de enfermedades, epidemias, ratones, ratas e insectos.

La última evaluación con cifras nos da una visión exacta de las mejoras reales que se podrían lograr: en Palazzo Ducale el 35% de los prisioneros lograron sobrevivir, en el Palazzo de las Carcéles Nuovas alcanzó alrededor del 45-50%, lo que en palabras es pobre, significa que el 50% restante terminó su existencia aquí.