El Palacio Ducal era el centro del poder veneciano, la sede del poder judicial y la residencia del Doge o magistrado supremo (dux en español). Es aquí donde se decidía el gobierno de la ciudad. Visualmente, estamos ante el ejemplo perfecto de la arquitectura gótica veneciana, y, como dijese Ruskin, de la perfecta fusión entre oriente y occidente. El núcleo original del edificio se remonta al 828, justo después de la llegada a Venecia del cuerpo del evangelista san Marcos desde Alejandría de Egipto; pero sería de nuevo reconstruido y ampliado a inicios del siglo XIII. Lo que vemos ahora es la tercera reconstrucción del palacio, que data del siglo XV.
A diferencia de otras sedes de poder judicial, como las fortalezas o los castillos, el Palacio Ducal no se construyó para fines defensivos, sino meramente estéticos (aumentar la belleza de la ciudad); así de segura estaba Venecia de que nadie nunca se habría atrevido a acercarse a ella para atacarla. La imponente terraza que mira a la bahía de San Marcos se construyó en 1404; sobre ella, se yerge la figura de la Justicia, uno de los mayores símbolos de Venecia.