Aún antes de convertirse en el centro de la vida universitaria, este campo siempre ha sido un lugar concurrido y el centro de diferentes negocios, como sugiere también el nombre de cualquier calle que lleve hasta aquí: hay Calle del Fontego, donde se producía la harina; Calle del Caffetier, donde se vendía una bebida medicinal de color negro; Calle delle Carrozze, si necesitabas un carruaje para un viaje hacia el territorio continental; Calle dei Caldereri, donde construían braseros, calderas y también campanas de bronce para las iglesias; y Calle del Pistor, donde se amasaba el pan antes de que lo enviaran a Calle del Forno, lugar donde al final se horneaba. También el edificio en el medio de la plaza, que era la Escuela dei Varoteri, era importante para los negocios porque allí se vendían piel y pelo. Los Varoteri tomaron su nombre de un raro zorro siberiano cuyo pelo servía, al parecer, para crear productos de peletería muy caros: las grandes sumas que ganaban vendiendo sus productos, les permitían mantener esa ubicación tan privilegiada para los negocios.