Los grupos de tres palos verticales atados juntos que emergen del agua a lo largo de la laguna son las “bricole” y se utilizan para marcar el camino que los barcos tienen que seguir y también los puntos donde el fondo de la laguna es más alto y pantanoso, para evitar encallar. El tipo de madera utilizado es uno de los más duros del mundo para asegurar su durabilidad, pero las olas y el movimiento continuo de la corriente hacen que los palos se desgasten hasta casi la mitad de su tamaño y se rellenen de algas y mejillones como si estuviéramos en una película de piratas, lo que no sería tan raro en Venecia con su historia caracterizada por la piratería en la Edad Media. En 1204, por ejemplo, los venecianos participaron en la Cuarta Cruzada contra Bizancio, robando la ciudad de todas sus riquezas y tesoros, la mayoría de los cuales pueden admirarse hoy en día en la Basílica de San Marcos y en muchos otros palacios e iglesias de la ciudad. Claro que los venecianos nunca se consideraron piratas, sino honrados mercaderes, pero sabemos que la línea es muy sutil.