El puente de Rialto es el primer centro urbano de Venecia. Su nombre deriva de la palabra latina “rivus altus”, que significa canal profundo, referido al Canal Grande. En origen, nos remontamos a 118, era solo una fila de barcos con tablones de madera encima; más tarde, hacia 1200, sería construido en madera sobre palafitos. Sin embargo, el 15 de junio de 1310, Bajamonte Tiepolo y otros conspiradores de un fracasado golpe de estado destruyeron el puente para bloquear el paso a las tropas del Doge. Fue otra vez reconstruido tal y como era en 1444, pero, nuevamente, durante la visita de la marquesa de Ferrara, el puente se derrumbó bajo el peso de la multitud reunida para ver el desfile en el Canal Grande. A mediados del siglo XVI se convocó finalmente un concurso público para reconstruir el puente en piedra. Sansovino, Palladio y otros célebres artistas de la época propusieron proyectos clásicos con varios arcos. Sin embargo, el proyecto fue encomendado al veneciano Antonio da Ponte, que fue el único que propuso un solo arco, exactamente como lo conocemos hoy en día. Uniendo las dos partes de la ciudad en un único movimiento semicircular sobre cada orilla del Gran Canal, el puente de Rialto se ha convertido en el símbolo de la unidad y de la unicidad de Venecia.