Este es el Ponte delle Ostreghe o puente de las ostras. Aquí es donde los pescadores atracaban sus barcos al amanecer después de toda una noche dedicada a la pesca de ostras y donde las vendían a los lugareños que cada mañana llegaban en masa dispuestos a pelearse por ellas. Lo cierto es que con el progresivo crecimiento del poder y la riqueza en el siglo XIII, los venecianos se fueron acostumbrando a las cosas buenas, y en particular a la buena comida: ya entonces las ostras eran tan apreciadas como lo son en la actualidad.
Por lo demás, los venecianos han sido siempre famosos por saber disfrutar de la buena comida y por no reparar en gastos para comer. Tanto es así que en el siglo XIII el estado veneciano tuvo que imponer moderación en el consumo de comida en toda la ciudad hasta el punto de que en 1460 se aprobó una ley que fijó el gasto máximo de medio ducado por persona asistente a un banquete. Por supuesto, los venecianos eran tan rápidos en implementar leyes como en quebrantarlas