El Puente “degli Scalzi”, literalmente de los Descalzos, toma su nombre de la iglesia de los Descalzos a tu izquierda. Es curioso pensar que en la fondamenta espaciosa y vacía dónde hoy atracan los barcos había una vez preciosos palacios e iglesias; todos los cuales se derribaron para construir la Estación de trenes, realizada en la mitad del siglo XIX para que fuera posible llevar las actividades comerciales en el territorio continental.
El primer puente era de hierro y fue construido por el empresario inglés Alfred Neville. Desafortunadamente, la estructura mostró pronto signos de decadencia y se consideró un peligro para cualquier persona lo cruzara. En 1934 Pietro Miozzi lo reconstruyó con piedra de Istria, consiguiendo un diseño más elegante, tanto que el poeta veneciano Diego Valeri lo comparó con las cejas finas de una mujer.