La góndola siempre ha fascinado e inspirado artistas y escritores de todo el mundo, gracias a su elegancia y aura de misterio. Ha sido paragonada a todo: desde un féretro hasta a una cáscara, a una serpiente o incluso a una pantufla flotante. ¿Que parece a vosotros?
Pero es indiscutible que la góndola se ha vuelto el símbolo de Venecia: una fusión perfecta de belleza y funcionalidad. Han pasado siglos antes que se hiciera en la embarcación perfecta en la cual estáis flotando.
Las primeras góndolas se remontan a hace mil años y eran más ancha y cortas; solo en la primera parte del 1700 la góndola alcanza la forma actual: ideal para navegar ágilmente en la red de los pequeños canales que forman la ciudad. La góndola es asimétrica, más ancha a la izquierda para permitir al gondolero remar con un solo remo. Una joya de ingeniera naval, única y que, como decía el escritor Mark Twain, regala la “más suave y agradable locomoción que pueda existir”.