Entrar en barco a la Cuenca de San Marco es como entrar por la puerta principal de un palacio real, una experiencia mágica y fascinante. Desde la antigüedad la Cuenca fue punto de llegada de los convoyes de barcos que surcaban el mar Mediterráneo trayendo todo tipo de mercancías a Venecia.
Llegamos a Riva degli Schiavoni, a pocos metros del Puente de los Suspiros, la Piazza San Marco, el Palazzo Ducale, el Campanile y obviamente la Basílica de San Marco.
Y para aquellos que quieran descubrir más, continúe por calli, campi y campielli hacia el Puente de Rialto y una infinidad de otros lugares por descubrir.